PREGONES Y PUESTOS AMBULANTES

La iniciativa privada y el deseo de subsistencia han sido siempre caracteristicas bien arraigadas en la forma de ser del cubano. Empresario por naturaleza y muchas veces carente de recursos economicos para iniciar una empresa el cubano empezaba su negocio desde las mismas raices, sin Bancos o Instituciones Financieras que le suministraran ayuda y quizas, solamente, algun familiar arriesgado que le prestara cuatro pesos. Asi es como nace el vendedor ambulante con sus pregones y los puestos de fritas y mariquitas.

El vendedor ambulante, aquel que vendia escobas y palos de trapear con su maravilloso pregon que decia asi:
ESCOBEROOO, ESCOBA DOBLE, EL PLUMERO DE PITA DESHOLLINADORES!!!!

O la vendedora de dulces y buñuelos que pregonaba:
BUUUUÑUELOSSSS!

O el tamalero con su lata de tamales calientes que se anunciaba sin mucha estridenciaal solo grito de:
!PICAN!

O el vendedor de helados Guarina que hacia notar su presencia tocando las campanas mientras empujaba el carrito de helados.

O el vendedor de durofrio al grito de:
!FRIIIIO!!!

Y cuantos otgros cuyos pregones ya no recordamos tales como el afilador de tijeras y el vendedor de agua mineral.

Los puestos de fritas eran otra institucion empresarial cubana. No solo preparabn y vendian fritas sino que aplacaban el hambre de los habaneros con pan con bistec, bistec empenizado, minutas de pescado con pan y cuantas cosas mas.

Tambien teniamos los puestos de mariquitas, frituritas de bacalao, de malanga, de carita, chicharrones de pellejo de puerco recien frito, y que me dicen de las majuas fritas, aquel pescadito pequeño que se frreia entero con cabeza y cola de un largo no mayor de una pulgada.

No podemos olvidar el parqueador de autos que nos guardaba el espacio, bastante escaso, en las calles de la Habana Vieja y nos lo cuidaba durante todo el dia incluyendo lavado y lustrado por una modica propina.

Muchos de ellos se convirtieron en grandes empresarios como el caso de la Cafeteria Becerra en la Calle 70 y Avenida 19 en Marianao, quienes empezaron con un pequeño puesto de fritas y croquetas, cruzando la calle para construis una moderna cafeteria con su famoso bistec de palomilla con papas fritas que sobrepasaban el plato.

Todo esto y mucho mas era mi Habana de ayer, perdida en el tiempo y el recuerdo, la que se fue para siempre y de la que solo nos queda recordar.